Lo que originalmente era una tradición muy local, se ha convertido en un fenómeno internacional que se extiende más allá de las fronteras de Japón, tanto en términos de producción como de consumo. La presencia de fabricantes internacionales como Philip Harper y Giulia Maglio demuestra cómo personas de diferentes partes del mundo han comenzado a involucrarse en su producción y divulgación. Además, bodegas de sake han comenzado a aparecer en países como México, Taiwán, Canadá y Nueva Zelanda, lo que evidencia la globalización de esta bebida.

Fuente: Japan Sake and Shochu Makers Association (JSS)
Por otra parte, si bien el sake se elabora con solo cuatro ingredientes principales: arroz, agua, levadura y kōji, un hongo utilizado para la fermentación, esta bebida ofrece una gran diversidad de sabores. Desde los toques cremosos y dulces de un sake más suave, hasta los sabores más complejos de un sake añejado que recuerda al whisky o al jerez. Esta amplia gama de sabores es una de las razones por las cuales el sake ha ganado tanta popularidad en todo el mundo. Incluso puede variar dependiendo de cómo se sirva (frío, caliente o a temperatura ambiente), del tipo de vaso utilizado y del tiempo transcurrido desde su apertura.
A lo largo de la historia, el sake se ha concebido principalmente como una bebida para acompañar comidas, especialmente en la gastronomía japonesa. La sutilidad de los sabores del sake se complementa con los platos japoneses, sin opacarlos. Esta característica hace que el sake sea extremadamente versátil y fácil de maridar con otras cocinas internacionales. Incluso se está experimentando con maridajes más sofisticados, como el sake servido en copas de vino con platos de lujo como foie gras y caviar. Esta versatilidad también se refleja en los maridajes experimentales que se realizan con diferentes tipos de chocolate, quesos fuertes y platos internacionales.
Si bien el maridaje del sake es subjetivo, existen algunos consejos prácticos. En primer lugar, los sakes más económicos, como los junmai y honjōzō, son los más fáciles de maridar con una variedad de comidas, ya que no tienen sabores demasiado complejos ni dominantes. Por otra parte, es importante no enfriar demasiado el sake, ya que las bajas temperaturas pueden hacer que los sabores se apaguen. Lo ideal es dejarlo reposar unos 20 minutos fuera de la nevera o incluso calentarlo ligeramente.
Guía básica de categorías de sake
- Futsūshu: es el sake más común y se asemeja al “vino de mesa”.
- Ginjō/Daiginjō: son sakes refinados hechos con arroz muy pulido, lo que les otorga un sabor más suave y afrutado. El Daiginjō es la categoría más alta.
- Honjōzō: tiene un 30% de arroz pulido, con un toque de alcohol añadido para aligerar su sabor.
- Junmai: se refiere al sake puro, hecho solo con arroz, agua, levadura y kōji, sin adición de alcohol.
- Namazake: sake fresco y sin pasteurizar, con sabores vivos y más intensos.